viernes, 18 de septiembre de 2015

Jealous


Hay canciones que hablan por uno, mejor que uno....








I'm jealous of the rain
That falls upon your skin
It's closer than my hands have been
I'm jealous of the rain
I'm jealous of the wind
That ripples through your clothes
It's closer than your shadow
I'm jealous of the wind
Because I wished you the best of
All this world could give
And I told you when you left me
There's nothing to forgive
But I always thought you'd come back
Tell me all you had found 
Was heartbreak and misery
It's hard for me to say
I'm jealous of the way you're happy without me
I'm jealous of the nights
That I don't spend with you
I'm wondering who you lay next to
I'm jealous of the nights
I'm jealous of the love
Love that was in here
Gone for someone else to share
I'm jealous of the love
Because I wished you the best of
All this world could give
And I told you when you left me
There's nothing to forgive
But I always thought you'd come back
Tell me all you had found 
Was heartbreak and misery
It's hard for me to say
I'm jealous of the way you're happy without me
As I sink in the sand
Watch you slip through my hands
Oh, as I die here another day
Because all I do is cry behind this smile
Because I wished you the best of
All this world could give
And I told you when you left me
There's nothing to forgive
But I always thought you'd come back
Tell me all you had found 
Was heartbreak and misery
It's hard for me to say
I'm jealous of the way you're happy without me
It's hard for me to say
I'm jealous of the way you're happy without me

Somatizar(te)

Fui al acupunturista, le mostré donde me duele. Me pincho y me dijo "Nena, esto es tristeza en el corazón, ¿Ya probaste con llorar?"
Eso me pasó a mi hace unos días y desde ahí no puedo dejar de pensar que tan disociados tenemos la cabeza, el cuerpo y el corazón que no somos conscientes de nuestros propios sentimientos o que preferimos evitarlos.
Evitamos el dolor porque pensamos que es algo malo o que no está bien, cuando es una emoción tan natural como la alegría y sin pensar en el balance natural de las cosas. Si no conozco la tristeza, ¿Cómo voy a conocer la felicidad?

Buen día.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Espejo

Siempre escuché esa frase "Lo que te molesta del otro es lo que vos haces", frase cliché si las hay. Nunca había entendido que estas por algo llegan a ser cliché, el tema es que solemos racionalizarlas pero no logramos vivenciarlas. Últimamente me pasa que logro vivir esas frases,por lo que me decidí a hacer de esta experiencia, un tanto dolorosa y un tanto lúdica asique voy a jugar al espejo con alguien en particular:


Cosas que me molestan de vos:

- Que des a la gente por segura

- Que vivas corriendo sin tiempo para "disfrutar" lo que estas haciendo
- Que seas terco, obstinado y tan inflexible
- Que puedas hacerme doler
- Que siempre tengas excusas para no hacer lo que se decís que queres hacer
- Que solo veas mis errores y no mis cosas buenas
- Que seas tan duro con vos pero aún más duro con los que te rodean
- Tus errores pasan, los míos no
- Que des las cosas por sabidas



Hoy soy plenamente consciente de los momentos en que di por segura a la gente en mi vida, familia, amigos, relaciones y que no les correspondí su cariño o atención en el modo que debía. Soy consciente de que aún lo hago. Que confío que ese cariño y ese amor que me tienen sea razón suficiente para estar a mi lado a pesar de cualquier cosa que yo haga o deje de hacer. Hoy me doy cuenta que nadie es imprescindible en nuestra vida y nosotros no somos imprescindibles para nadie, la gente que está al lado de uno es porque elige estarlo y eso hay que agradecerlo

Mi vida es bastante rutinaria pero siempre voy de un lado al otro y a veces no me tomo un momento para ver como esas cosas que hago me hacen sentir realmente, las ejecuto mecánicamente, como si fuese algo automático sin meditar como me siento con eso realmente. Hoy me decidí a observar y a experimentar.

Hubo más de una ocasión en la que alguien intentaba hacerme entrar en razón sobre determinadas cosas pero, terca yo, había tomado mi decisión y no estaba en mis planes cambiar de opinión sobre ese asunto o, analizándolo a la distancia y con la cabeza más fría, a lo mejor eran cosas que me podrían haber hecho un bien enorme pero mi orgullo no me dejó valorarlas. Entendí que la flexibilidad es lo que nos da la capacidad de doblarnos sin rompernos para volver después al lugar que queremos ocupar.


"Hacer doler" creo que esta fue la parte que más me costó asumir de mi misma y es ser consciente de que yo también puedo herir a los demás. Consciente o inconscientemente tengo la capacidad de causar dolor en el otro y en mi misma. Creo que la persona a las personas que más he castigado con esto es a las que tengo más cerca y por ende a mi misma. Tengo una capacidad de herir(me) enorme y hoy lo veo pero hoy también elijo no hacerlo.

Si algo entendí últimamente es que las cosas no pasan solas y que cada acción produce una reacción equivalente. Cuando uno quiere algo va y lo hace, o al menos inicia un camino que lo conduzca a determinado punto. No estoy segura si las justificaciones para no hacer las cosas son por el miedo que me genera la consecuencia o cambios que me de eso que quiero o, la otra posibilidad, es que en realidad mi cabeza crea querer algo que en realidad no sea lo que quiero y necesito, por ende encuentre excusas para no hacer las cosas que me llevarían a ese punto. Pero me quedo con eso... cuando uno quiere realmente algo, lo hace sin excusas.

Cuando empecé este ejercicio que se dio por una situación particular que viví y no viene al caso, lo primero que hice fue enumerar todos los errores que había cometido, TODOS, así de masoquista y pasé por alto todas las cosas buenas que había hecho. Después hice lo mismo pero del otro lado, recordé cada uno de los errores que el otro cometió conmigo y dejé para el final las cosas buenas. Y eso fue espantoso, sentí que valía más lo malo que lo bueno, pero seamos razonables... ¿Quién va a ver lo bueno de uno si uno mismo no logra hacerlo? Estoy aprendiendo a abarazarme un poco más a mi misma, a ejercer la autocompasión sin caer en la autojustificación, porque no soy ni errores ni aciertos, solo soy y siempre hago lo mejor que puedo con las circunstancias que me toca vivir y con las herramientas que tengo. La vida es un constante aprendizaje y hoy estoy más preparada que ayer.

Creo que llegado a este punto los reflejos que quedan se relacionan bastante aunque sean temáticas singulares. Se que soy exigente conmigo misma en un montón de cosas y que tengo la soberbia de no reconocer los límites propios y los ajenos, tiendo a obviar en mi mente que no todos somos iguales y por ende nuestras capacidades son diferentes. El otro puede fallar donde yo no, yo puedo fallar donde el no... y eso está bien. No podemos usar la misma vara para medir a todas las personas simplemente por eso, porque somos todos distintos y por ende los parámetros a aplicar son distintos. Creo que acá la tolerancia y la paciencia son virtudes claves. ¿Cuántas veces le reprochamos cosas a alguien sin darnos cuenta que nosotros hacemos exactamente lo mismo? Infinitas.

En mayor o menor medida todos hacemos las cosas que al verlas en el otro nos enojan, cuando nosotros las hacemos solemos ser más flexibles porque nuestra conciencia nos da ese respiro. Vernos haciendo esas cosas o teniendo esas actitudes,  que desde la razón no podemos entender, nos dolería enormemente y por eso nos molesta, porque nos vemos completamente a nosotros mismos. Lograr conocerse a uno mismo por completo, lograr aceptar que uno es capaz de todo pero por encima de eso tener el conocimiento pleno de que más allá de la capacidad que tenga uno de hacer las cosas uno puede elegir que ser es una aventura única y una experiencia indescriptible.

Vos sos mi espejo. Yo soy el tuyo. Y el espejo solo deja de doler cuando uno aprendió a aceptarse y logró quererse con todos sus grises. 


lunes, 7 de septiembre de 2015

El lugar del otro.

Quiero que te pruebes mis zapatos,
que te pongas en mi piel, 
que navegues por mi mente,
y que uses mi corazón.

Mis zapatos no te calzan,
mi piel no te viste,
mi ideas te marean,
y se rompió mi corazón.

Bailemos juntos, 
con mis pies descalzos sobre los tuyos, fundamos mi piel con tu piel,
juguemos a Teseo
venciendo el laberinto,
armemos de dos corazones rotos uno que funcione bien.


Rectas


Eramos perpendiculares,
nos encontrábamos en palabras.

Eramos perpendiculares,
que se cruzaron en el punto justo de la vida del otro.

Eramos perpendiculares e infinitos,
eramos congruentes.

No eramos paralelas,
te mentí,
eramos perpendiculares.