martes, 8 de octubre de 2013

Diálogo

- García, ¿No le dije yo que no le pida peras al Olmo?

- Pero... pero, yo no le pedí nada al Olmo, se las pedí a la Señora del Olmo, no lo desobedecí, Patrón. Andaba yo más hambriado que perro de galpón y ay pasaba ella con ese cajón lleno de frutas.

- García. Usted siempre tiene un bolazo para todo. ¿No le ordené también que no le de perlas a los chanchos? ¿Con qué los alimentó hoy?

- Bueno, patroncito. Usté sabe que el alimento Las Perlas tiene muchas cosas buenas para que los chanchos se pongan bien gruesos. Y bien contentos lo comen...

-Sin excusas, no me hagas cabriar,  yo te dije muy clarito que les des manzanas.

- Pero, Don. Es que no sabía donde juntarlas.

- La manzana siempre cae cerca del árbol, García, se sabe. Si se hubiese tomado el trabajo de caminar por la quinta al menos. No parece usted baquiano, es más bien un chambon

- ¡ Ansí  lo hice! La he patiado de norte a este y de sur a oeste. Encontré una o dos cáidas por ay. Sabe usté, que quise probarlas pá ver si estaban buenas pero casi pierdo el comedor tuito, estaban más duras que el corazón de la que supo ser mi suegra. ¡Qué Tatita Dios la tenga en su Santa Gloria.. y nunca me la degüelva!

- Hubiese ido a lo de Don Herrero, gaucho vago. En casa de Herrero, cuchillo de palo. Nuestro compadre siempre anda bien provisto.

- Ahh... Es que no se me ocurrió.

- A  Ud. nunca se le ocurre nada pero siempre le pasa todo. ¿Por qué están vacías las trampas que puse ayer?

- No va a creer usté lo que mia pasado, Señor. Habíale dentrado una codorniz, pero había muchitas más ay afuera dando güeltas, asique le abrí un poco la trampera para ver si podía embretar unas más y....

- ¿Y...?

- Y se voló, Patrón. ¡Tanto trabajo al ñudo!

- ¡Barajo! ¿Usted me quiere matar a mí? Pájaro que comió voló. Parece usted un chapetón ¿O andaba usted medio chupao?

- Oiga, yo no estaba entonao, pensaba con toda claridá, tengo la concencia tranquila. Había cientos de aves ajuera, pensé que alguna más le iba a dentrar para comer.

- Más vale pájaro en mano que cien volando, mequetrefe. Ahora nos quedamos sin el pan y sin la torta. No se haiga usted el pollo, por usted no tenemos con que hacernos la muela.

- Ni me lo diga, Patrón. Sepa comprinder que me ganó la varicia. Yo le había apalabrado un par a la chinita que vive a la orilla del río. Ahora va a creer que soy un gaucho boca floja y le canto los aleluya como el resto de la gauchada.

- García, tenes que aprender a no vender la piel del oso antes de cazarlo.

-  ¿Piel del oso? ¿De qué habla? Codornices le apalabré.

- Cebe otro  y pasemélo que se enfría.


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