Solemos buscar afuera, o en los demás, las respuestas que en realidad tenemos que buscar dentro nuestro.
Nos desconectamos de nosotros mismos; dejamos a diario que nuestros problemas nos asfixien volviéndonos seres incapaces de reconocer nuestras propias necesidades y de ver que en realidad si contamos con las herramientas para solucionarlas.
Tenemos que empezar a aceptar que las distintas situaciones de nuestra vida, aún las que no nos gustan, son una fuente infinita de aprendizaje y una buena manera de (re)conocernos a nosotros mismos y nuestras verdaderas necesidades.
No hay luz sin sombra, ni felicidad sin tristeza.
Se consciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario